En el mundo antiguo se creía en la existencia del inframundo, un lugar al que con la muerte se llega y se inicia un proceso de purificación del alma, después del cuál se puede volver a entrar a la vida. En vísperas de las lluvias, los antiguos sabios notaban que insectos como chicatanas (hormigas aladas), escarabajos y chapulines comenzaban a salir de la tierra, creían que venían del inframundo y al emprender su vuelo iban abriendo el cielo, y así se generaban las lluvias. Estos insectos y otros animales forman parte de la fauna del elemento aire. Los sabios hablaban de la leyenda de un chapulín rosa, considerado el trasportador del alma de la vida purificada en el inframundo, de un solo salto llegaba al cielo y con la lluvia se esparcíria para todos como un símbolo de esperanza y unidad. Este chapulín era el Espectacular Saltacielos. En el día de los muertos, el Mezcal o aguardiente de agave se coloca en los altares para que su aromas guíe a nuestos queridos difuntos a disfrutar por una día de la tierra y sus bondades. Es por esto que el Maguey es considerado un fruto de inframundo que al igual que el Saltacielos abre el portales entre los mundos.
L L E G A    L A     L L U V I A
En los valles de Oaxaca, la llegada de la temporada de lluvia es motivo de alegría ya que marca el fin del periodo de siembra que demanda mucho trabajo mismo que da esperanza para que los magueyes crezcan, y con ello muchas familias tengan sustento y trabajo. El amor a nuestras tradiciones nos ha mantenido, como a la fauna del aire, descubriendo lugares y gente única, que gracias al legado de generaciones aprendieron a trabajar en conjunto con la naturaleza para obtener el elixir ancestral, alma de la vida de México.